domingo, 6 de julio de 2014

Madre Marcelina


Nace el 18 de junio de 1874, siendo sus padres José María Aveledo y Francisca Paula Ostos de Aveledo. Ingresó a la Congregación de "Hermanitas de los Pobres de Maiquetía" fundada por la Madre Emilia de San José, en junio de 1899.

En 1907 el Dr. Carlos Rangel, se comunica con el padre Machado, solicitándole algunas hermanas, entre ellas la Madre Marcelina, para atender un asilo en la ciudad de Barranquilla-Colombia.

En enero de 1912, en la celebración del Capítulo General se hace presente una fuerte crisis interna y la Madre Marcelina presenta su renuncia como superiora en la casa de Barranquilla y retorna a su hogar. Pero Dios le tenía una misión. Regresa a Colombia y funda la Congregación de Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver.
 La fundación está presente en América, Europa y África, haciendo presente con la palabra y el testimonio el mensaje de Jesús. Muere en Barranquilla el 16 de noviembre de 1959.

 las Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver, una congregación de mujeres que hemos querido consagrarnos a Dios y que queremos hacer vida el carisma de nuestra fundadora, Madre Marcelina de San José, “el servicio sencillo y humilde por amor al más pobre y necesitado…”  descubriendo en los signos de los tiempos, el rostro sufriente de Cristo… 
 Hermanitas: denominación que indica despojo de poder, de prestigio, de aprecio e implica: sencillez, humildad, mansedumbre, disponibilidad al querer de Dios en la línea de los pobres de Yahvé (Mt. 11,25).
De los Pobres: llevando la Buena Nueva de Jesús a: los ancianos, enfermos, abandonados, desprotegidos, sin pan, sin amor, sin cariño; a la niñez y juventud necesitada de formación integral, haciendo visible las parábolas: del Buen Samaritano (Lc. 10,29-37) y el Buen Pastor (Jn. 10,11), en el servicio por amor.
San Pedro Claver: que se hace servidor a la manera de Jesús: "El que quiera ser grande entre ustedes, será servidor de todos y el que quiera ser el primero entre ustedes será el esclavo de todos..." (cf. Mt. 20, 26, 27); que defiende y vela por los derechos humanos, los más oprimidos y hace conciencia de la dignidad de Hijos de Dios y herederos del Reino (Mt. 5,1ss).



"La naturaleza nos habla de Dios, necesitamos

ponerle atención. Las religiosas debemos ser

como los artistas y los poetas, listas a descubrir

la belleza de Dios, en todas sus obras"